
Los servicios socioeducativos de Cáritas Diocesana de Gerona inician el tercer trimestre adaptando sus proyectos a las circunstancias provocadas por la crisis sanitaria, con el objetivo de luchar contra la desigualdad entre el alumnado. El confinamiento, y sobre todo el cierre de los centros educativos y la incertidumbre en el calendario, han puesto aún más de relieve las desigualdades entre los niños y jóvenes. Además, Cáritas alerta de que la falta de equipamientos informáticos y de conexiones a internet en muchos hogares provoca una fractura aún mayor entre familias, que acaba generando mayor desigualdad entre el alumnado.
Durante este curso, Cáritas ofrece apoyo a 820 niños y jóvenes de primaria y secundaria, y sus familias, de un total de 681 hogares en más de 29 municipios, con el objetivo de contribuir a reducir la transmisión intergeneracional de la pobreza, pero la crisis sanitaria ha obligado a reformular buena parte de estos proyectos para poder continuar. entorno educativo adecuado. En total, Cáritas mantiene operativos vía telemática 56 servicios del programa Infancia y Familia de un total de 63. La entidad ofrece ahora tutorías individualizadas vía telemática o telefónica cuando no hay otra vía, soporte educativo a través de pequeños vídeos y propuestas de actividades muy diversas como el visionado de películas o documentales, pero también apoyo emocional y social, pero también apoyo emocional y social.
Cáritas Diocesana de Girona ha enviado a las familias información con las recomendaciones generales y propuestas de actividades y retos concretos para los niños y jóvenes con el objetivo de que tengan una planificación semanal complementaria en la escuela que evite la desconexión con el aprendizaje. El personal mantiene contacto periódico telemático con las familias cada dos o tres días, vía llamada convencional o videollamada, siempre que sea posible. En caso de detectarse casos con necesidades específicas, como la dificultad de las familias para acompañar los procesos socioeducativos de sus hijos, o situaciones complicadas a causa del confinamiento, como la convivencia o aspectos laborales que influyen en todo el núcleo familiar, etc. la entidad alerta y da respuestas, en coordinación con los servicios sociales de cada municipio.
La mayoría de las familias atendidas viven en situaciones precarias que pueden agravarse durante el confinamiento. Cáritas ha detectado casos de familias que viven en infraviviendas; en habitaciones realquiladas; familias sin cohesión familiar o red social suficiente; familias monoparentales con dificultades añadidas; familias sin recursos económicos; familias protagonistas de historias de violencia familiar; familias que conviven con enfermedades, trastornos psicológicos o con hijos que tienen necesidades educativas especiales, entre otros.
Para intentar que todas estas condiciones y circunstancias no agraven aún más los efectos del confima sobre los procesos educativos, Cáritas procura establecer un vínculo afectivo con los niños y jóvenes y también con las familias para generar confianza y seguridad. El personal de los proyectos vela por escuchar y acompañar, pese a la distancia, resolver dudas que generan angustias sobre cuestiones económicas y laborales, de vivienda, salud, socioeducativas y, siempre que sea posible, en coordinación con otros agentes sociales, para enviar un mensaje claro hacia las familias: que no están solas.