
Cáritas Diocesana de Girona ha presentado este jueves por la mañana la memoria correspondiente a la acción social desarrollada durante el 2019. La entidad ha hecho un esfuerzo por recoger y hacer pública también la acción social desarrollada como respuesta a la situación de emergencia provocada por la COVID19, y alerta del aumento significativo de personas atendidas y de las condiciones. Precisamente, "La realidad que no se ve" es el título de la memoria correspondiente a 2019 y hace referencia a las situaciones de exclusión que viven muchas familias de nuestro entorno, que a menudo quedan invisibilizadas y que la crisis sanitaria ha hecho rebrotar y expandir.
La acción social del año 2019 muestra una realidad que no se ve
Cáritas Diocesana de Girona atendió directamente a 24.553 personas durante el 2019 y hasta 56.236 se vieron beneficiadas de alguno de los 51 proyectos de acción social que desarrolla la entidad a través de las 50 Cáritas locales en todo el territorio. Estas cifras representan un mantenimiento del número de cuidados en ámbitos como la acogida, que es la puerta de entrada a Cáritas o la vivienda. Durante 2019 también aumentó ligeramente el número de familias atendidas en los servicios de alimentos, hasta 12.589 personas, frente a las 12.101 del año anterior y 36.078 personas beneficiadas, una cifra que se ha multiplicado notablemente durante la emergencia sanitaria, como veremos más adelante. Cáritas reforzó también los proyectos de perspectiva comunitaria, que incluyen la apertura a todo el público de las acciones formativas, espacios de encuentro en proyectos de alimentos o ropa, etc. con el objetivo de ser menos asistenciales y favorecer los vínculos entre las personas. Los proyectos dedicados a la gente mayor, que también se han visto muy afectados por la crisis sanitaria, atendieron a 1.012 personas durante el 2019.
La apertura de Cal Manco, la casa de acogida para jóvenes migrantes sin referentes en Caldes de Malavella, es el proyecto destacado del año 2019. La casa, que permite acoger y acompañar a veinte jóvenes, se enmarca en la iniciativa Som Refugi, de respuesta a la situación de los jóvenes migrantes extutelados por la Administración cuando cumple. Cáritas mantiene el esfuerzo en las intervenciones con familias con menores con el objetivo de romper la transmisión intergeneracional de la pobreza y atiende a hasta 1.024 niños y jóvenes y sus familias. Un 75% de los alumnos diversos proyectos de este ámbito atendidos mejora su rendimiento académico y un 90% mejora hábitos de estudio. En cuanto al ámbito laboral, Cáritas ha atendido a 1.538 personas que querían mejorar la empleabilidad o las condiciones de trabajo, formarse profesionalmente o conseguir inserciones en el mercado laboral. La entidad constata la precariedad de las condiciones laborales en las inserciones y alerta de que la crisis sanitaria puede empeorar significativamente el mercado laboral. Un 17% de las personas atendidas por la entidad son trabajadores pobres afectados por la precariedad laboral. La empresa de inserción de Cáritas, Ecosol, mantiene 90 puestos de trabajo de inserción en las distintas líneas de actividad y ha abierto un nuevo taller de confección en Olot. La entidad ha aumentado un 15% el número de personas atendidas en los programas de apoyo jurídico y constata el incremento de personas recién llegadas sin regularizar provenientes de América del Sur y Centroamérica, además del grueso de jóvenes migrantes sin referentes que llegan por iniciativa propia o derivados por la DGAIA o de otras entidades.
La respuesta a la crisis sanitaria: el compromiso no cierra
Los datos recogidos durante la emergencia sanitaria dispararon las alarmas de la entidad. Cáritas Diocesana de Girona ha mantenido el 62% de los puntos de servicios abiertos y el 100% de los servicios esenciales, básicamente la entrega de alimentos, en una operación llamada El compromiso no cierra . La entidad ha atendido a 15.737 personas durante este periodo, una cifra que representa un aumento muy pronunciado respecto al mes anterior al confinamiento y que confirma que el rebrote de la exclusión social empeora la situación de las familias más vulnerables y que se expande a hogares que se ven afectados por nuevas dificultades a raíz de la crisis sanitaria. La demanda de ayuda se ha llegado a multiplicar por tres y la entidad ha puesto en marcha un número único de atención telefónica en toda la diócesis. Los equipos han realizado 21.325 intervenciones telemáticas que incluyen apoyo a niños, jóvenes y familias del ámbito socioeducativo, entrevistas laborales de asesoramiento y orientación, consultas jurídicas, contactos con personas mayores que viven solas o aisladas y acompañamiento y soporte emocional, entre otros.
Todos los servicios de entrega de alimentos se han mantenido abiertos desde el primer momento extremando las medidas de precaución, lo que ha permitido entregar 34.534 cestas o 792 toneladas de alimentos entregados a familias vulnerables gracias también a la colaboración de ayuntamientos y otras entidades redes. Muchas de estas familias atendidas se habían quedado sin ingresos desde el estado de alarma y la parada en seco de la economía. En zonas concretas muy vinculadas al turismo, como en toda la Costa Brava, el aumento de la demanda de ayuda ha sido aún más significativo. En Lloret de Mar, por ejemplo, el Centro de Distribución de Alimentos tuvo que trasladarse al pabellón municipal del municipio para poder atender a un 80% más de personas de lo habitual (de 495 a 884 familias atendidas). Pero esta tendencia también se ha notado en Palafrugell (de 285 a 323 familias atendidas) o en Roses (de 230 a 430 familias atendidas), por ejemplo, localidades muy castigadas por el frenazo económico. Además, los comedores sociales han repartido 1.631 comidas para llevar. Cáritas ha preparado 264 lotes de ropa, pese a que los roberos estuvieran cerrados y ha concedido 114 ayudas económicas puntuales de extrema necesidad a familias vulnerables.
Un 52% de las 590 personas voluntarias movilizadas durante la emergencia eran de nueva incorporación, sobre todo jóvenes. Precisamente, el voluntariado joven, como el del proyecto Apadrinar un Avi, no ha querido dejar a las personas mayores abandonadas en un momento tan crítico y se han realizado hasta 614 acciones de acompañamiento a 46 residencias de toda la diócesis y 2.069 llamadas de acompañamiento y apoyo emocional a 221 personas mayores solas, confinadas en su domicilio . Estas acciones incluyen acompañamiento virtual, mensajes de apoyo, vídeos y otras iniciativas para mantener el vínculo con un colectivo especialmente castigado por las circunstancias. Pero Cáritas tampoco ha querido dejar de luchar por la igualdad de oportunidades, y ha acompañado hasta a 892 niños y jóvenes de 247 familias para evitar que el confinamiento y la cerrada general de centros. Los equipos de la entidad han realizado llamadas y videollamadas regulares de seguimiento y soporte, y en lugares como Salt, por ejemplo, los equipos se han organizado para conseguir y recuperar ordenadores para las familias más vulnerables.
Los servicios de atención a las personas migrantes han atendido a 804 personas y han realizado 777 asesoramientos telefónicos y hasta 434 entrevistas de apoyo durante el período de confinamiento, para garantizar los Derechos de las personas durante los procesos de regularización o extranjería. En cuanto al ámbito laboral, la entidad ha atendido a 406 personas y ha mantenido la actividad de 85 trabajadores de inserción. El dato relevante son las 44 inserciones conseguidas durante el período de confinamiento, sobre todo en sectores como la limpieza.
La entidad hace un nuevo llamamiento para conseguir recursos
Las Cáritas catalanas ponen en marcha esta semana una nueva campaña conjunta con el objetivo de captar colaboraciones de empresas, entidades y particulares para dar respuesta a la crisis provocada por la COVID19, marcada por el paro, el frenazo económico y el empeoramiento general de las condiciones que ya sufrían las personas más vulnerables. La campaña se llama A sólo dos metros de ti .