
Con la misa de la fiesta de Santa Llúcia, el viernes 13 de diciembre cerró, en l'Estartit, el primer centenario de la iglesia de Santa Anna. Fue erigida en 1920, pero la pandemia impidió su celebración. El obispo de Girona, fray Octavi Vilà, presidió la ceremonia. En la homilía, pidió que es necesario que «seamos gente sincera y transparente, capaces de dar luz, de iluminar a nuestros contemporáneos, poniendo los ojos de la fe por delante de los ojos del cuerpo». Y añadió: «Así podremos ver a los demás como hermanos nuestros y dejaremos de ver sus imperfecciones, sus defectos, todo lo que nos molesta y que parece que nos impida amarlos».
Seguidamente se inauguró el pesebre de la plaza de la Iglesia.
Fotografía: EMD l'Estartit