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Oficina de Comunicación del Obispado de Girona

Sábado 08 de Marzo de 2025

Cartel con motivo del Día Internacional de la Mujer 2025

Con motivo del Día internacional de la Mujer, que se celebra cada año el 8 de marzo, entidades de Iglesia de ámbito social y laboral, agrupadas en «Iglesia por el Trabajo Decente» -entre ellas Cáritas Diocesana de Girona, delegación diocesana de Pastoral Obrera y Justicia y Paz-, han hecho público un manifiesto bajo el título «Por la dignidad de las mujeres. El trabajo digno es un derecho, no un privilegio». Denuncian la desigualdad, explotación y precariedad que afectan especialmente a las mujeres en el ámbito laboral.

MANIFIESTO DEL DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA – 8 de marzo de 2025
Por la dignidad de las mujeres. El trabajo digno es un derecho, no un privilegio

Desde la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, que agrupa a las entidades de Iglesia de ámbito social y laboral, denunciamos la desigualdad, explotación y precariedad que afectan especialmente a las mujeres en el ámbito laboral. La economía sumergida perpetúa la vulnerabilidad de millones de trabajadoras, negándoles derechos fundamentales y condiciones de vida dignas.

Un grito por la justicia laboral y la igualdad

El trabajo es clave para la dignidad humana. La economía sumergida niega este derecho al privar a las mujeres de puestos de trabajo justos y equitativos. Urge que esta problemática sea priorizada en las agendas políticas y sociales.

"El trabajo es un derecho fundamental y un bien para la persona: un bien útil, digno, que corresponde a su dignidad, que expresa y aumenta la dignidad humana" (CDSI, 287)

Las mujeres en la economía sumergida: Una realidad invisible

En España se calcula que la economía sumergida supone alrededor del 16% del PIB, y es muy difícil determinar cuál es la participación exacta de la mujer en este porcentaje. Sin embargo, todos los estudios coinciden en que es mayoritaria en todos los casos.

Muchas trabajadoras del hogar, jornaleras, cuidadoras y limpiadoras trabajan sin contratos ni protección social, afrontando jornadas largas, sueldos bajos y despidos arbitrarios. La situación es aún más grave para las mujeres migrantes, que debido a barreras administrativas, racismo y xenofobia, se ven obligadas a aceptar trabajos informales. Además, muchas afrontan riesgos de tráfico y explotación sexual.

Propuestas para un cambio transformador

Desde Iglesia por el Trabajo Decent proponemos acciones concretas para combatir la economía sumergida y mejorar la vida de las trabajadoras:

  1. Regularización laboral: Formalizar trabajos en sectores como el doméstico, agrícola y de servicios, eliminando barreras administrativas y protegiendo los derechos laborales.
  2. Inspección y cumplimiento de leyes: Fortalecer los mecanismos de inspección laboral y sancionar a aquellos que exploten a las trabajadoras y trabajadores, acompañados de campañas informativas sobre derechos laborales.
  3. Regularización de migrantes: Garantizar permisos de residencia y trabajo justos para las personas migrantes, contribuyendo a una economía más equitativa.
  4. Educación y capacitación: Implementar programas formativos para que las mujeres accedan a puestos de trabajo de calidad, fomentando también su organización y liderazgo.
  5. Acompañamiento pastoral y social: La Iglesia debe continuar apoyando a las trabajadoras que sufren vulneraciones de derechos laborales, escuchándolas, acompañándolas y denunciando las injusticias, reflejando el compromiso evangélico con las personas vulnerables.
  6. Conciliación y corresponsabilidad: Promover políticas que equilibren la vida laboral y familiar, como permisos parentales igualitarios y servicios de cuidado accesibles y de calidad.

Un llamamiento a la esperanza

El 8 de marzo es una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la justicia social. Como seguidores y seguidoras de Jesús, debemos afrontar estructuras de exclusión y pobreza como la economía sumergida, con valentía y esperanza.

Tal y como expresó el Papa Francisco al convocar el Jubileo 2025 bajo el lema "Peregrinos de esperanza", estamos llamados a redescubrir la fuerza transformadora de la fe y la esperanza.

Es posible transformar un mundo en el que las mujeres vivan con dignidad y el trabajo sea una fuente de vida plena. Continuamos luchando por un trabajo digno para todas y todos, y por una sociedad en la que nadie sea invisible.

Por la dignidad de las mujeres. El trabajo digno es un derecho, no un privilegio.

Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente – entidades de Iglesia de ámbito social y laboral.

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