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Oficina de Comunicación del Obispado de Girona

Viernes 14 de Mayo de 2010

Jordi Pujol: "La virtud de nuestro tiempo es la esperanza".

El expresidente de la Generalidad de Cataluña Jordi Pujol ha intervenido este martes, día 11 de mayo, en la Jornada diocesana de presbíteros y diáconos organizada por el Obispado de Girona, que ha tenido lugar en el santuario de la Virgen del Collell. Han asistido cuatro obispos -Francesc Pardo, Carles Soler, Jaume Camprodon y Màrius Busquets -, ciento veinte curas y tres diáconos.
Pujol se ha preguntado cuál de las tres virtudes teologales (fe, esperanza o caridad) es actualmente la más importante y ha afirmado, refiriéndose tanto a la Iglesia como al país, Cataluña: "la virtud de nuestro tiempo es la esperanza". Y ha destacado, en esta línea, la importancia de la Navidad, y del Adviento, que le precede. "En el catolicismo hay una especie de primacía de la Navidad", ha subrayado.
Jordi Pujol ha comenzado su intervención afirmando que "estamos en un momento de crisis: económico-social, de país, de Iglesia y, en general, de valores". Y ha explicado que, desde que dejó de ser presidente de la Generalitat se ha dedicado a "estudiar el IVA: ideas, valores y actitudes". A su juicio, sin unas ideas claras, unos valores sólidos y unas actitudes positivas no se puede ir adelante. "Y esto vale para el cura, el político al servicio del país o el marido y la mujer fieles". Pujol ha citado, en este sentido, lo que le dijo un ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez: "Con los musulmanes tenemos las de perder, a largo plazo, porque ellos creen en lo que les es propio y los europeos no creemos en nada".
Ante el clero gerundense reunido en el Collell Pujol se ha definido como "un hombre de fe difícil". Y ha constatado: "El relativismo, lo encuentro dentro de mí. La fe cada vez es más difícil, para ustedes quizás también, y predicarla, igualmente". Sin embargo, ha afirmado que "creer es una necesidad humana" y que "el hombre es un ser insatisfecho".
Ha destacado dos grandes aportaciones del cristianismo. La primera es que "tiene un planteamiento muy personalista", que hace que la fe no sea "masificadora" y la persona no quede "ahogada". Aunque "existe el cuerpo místico", "la salvación es individual", ha dicho. Basándose en la parábola de las vírgenes prudentes y las desacuerdas, ha insistido en la importancia de la responsabilidad individual y ha rechazado el "buenismo" que es, ha dicho, "una deformación de un hecho muy positivo: las obras de misericordia". La otra gran aportación cristiana es la de “encontrar gozo en la vida”. “La ortodoxia, más que el catolicismo, pone el acento en que el cristianismo es una religión de la alegría”. Pujol se ha referido, en este punto, a la afirmación paulina de que sin la resurrección, la fe es vana.
En la parte final de su intervención, Jordi Pujol ha tocado el tema de la inmigración. Ha hablado de la importancia, "por razones cívicas y patrióticas", que los derechos de cada uno sean respetados. Y ha dicho que "el modelo social y económico europeo es el mejor del mundo" porque ha sabido combinar la creación de riqueza y su reparto, junto con el respeto a los derechos de las personas ya la naturaleza y la ayuda a los países del Tercer Mundo. Y ha recordado que, en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, quienes forjaron este modelo fueron personas de "inspiración cristiana". Pujol ha lamentado la existencia, actualmente, de un "anticlericalismo" y de un "anticristianismo en sectores importantes" y también el hecho de que se hayan utilizado los casos de pederastia para formular "acusaciones contra la Iglesia, que molesta". Y ha subrayado que escritores no creyentes estén saliendo en defensa del Papa Benedicto XVI.
La Jornada diocesana de presbíteros y diáconos ha comenzado con una oración y el saludo, a cargo del obispo Francisco, y han acabado con el almuerzo de hermandad y, previamente, con una misa que ha presidido el obispo emérito Carlos Soler, con motivo de sus cincuenta años de ordenación de cura. Mundos. Soler se ha referido, en la homilía, a las diferentes responsabilidades que ha asumido, como cura y después como obispo, en todos estos años, y ha destacado la importancia, sobre todo en la vida del presbítero pero, al fin y al cabo, en la de todo cristiano, de "la amistad con Jesucristo".
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