El curso pastoral 2010/2011 comenzó oficialmente con un acto que tuvo lugar el martes 7 de septiembre por la mañana en Casa Carles, sede de la Cúria Diocesana, y que presidió el obispo de Girona, Mons. Francesc Pardo i Artigas, a quien acompañaban el Vicario General de la diócesis, Mn. Lluís Suñer, y el Vicario para la Pastoral Funcional, Mn. Esteve Sureda, y otros miembros curiales.
Tras la oración inicial, el obispo hizo una reflexión en torno a las actitudes pastorales a partir del arraigo en Cristo, “sin cuyo amor no tendría razón de ser nuestra vida, ni nuestra labor en la Iglesia y en el mundo”. También recordó la necesidad de estar "empapados del espíritu evangélico". Y, en lo que se refiere a las actitudes ya más personales, dijo que hay que estar “dispuestos siempre a observar, escuchar, entender, para conocer mejor a las personas, sus problemas, sus necesidades y sus capacidades”, con atención preferente a los enfermos, pobres y ancianos. Igualmente señaló el valor de la comunión eclesial "entre los diversos acentos legítimos en la vida cristiana", como "portadores de esperanza", evitando contagiar desánimos y amarguras que a menudo provienen de la propia historia personal y de las heridas que no han cicatrizado. Tampoco puede olvidarse lo que el obispo definió como “prudencia pastoral”, especialmente necesaria en las sucesiones de rectores, valorando el trabajo del predecesor y en este sentido pidió fortalecer la fraternidad pastoral.
Precisamente a los nuevos rectores y administradores parroquiales les dijo que les enviaba en nombre del Señor y que "en su nombre, volverá a calar las redes, ahora en otro lugar del mismo mar". La experiencia enseña que, después de un tiempo prudencial, estos cambios son positivos "para la misma comunidad y para los mismos presbíteros".
Tras las palabras del obispo, los nuevos rectores y delegado realizaron la profesión de fe y el juramento del cargo sobre los evangelios. Cabe señalar que entre los nuevos cargos no parroquiales se encuentra el del seglar Santiago Torregrosa, Delegado de Pastoral del Tráfico.
El acto se cerró con el rezo del Padrenuestro cantado y la bendición episcopal.
