La diócesis y la ciudad de Girona han acogido este miércoles, 4 de mayo, el 25 Encuentro interdiocesano del movimiento Vida Creixent, con la participación de mil doscientas personas procedentes de las diócesis de Cataluña, las Islas y Andorra.
Los actos del Encuentro se han iniciado con una visita cultural a la iglesia de San Félix bajo la guía de su párroco y Delegado episcopal de Liturgia, Mn. Juan Baburés. A mediodía se ha celebrado la Eucaristía, presidida por el obispo de Girona, Mons. Francisco Pardo, y concelebrada por los obispos eméritos de Girona, Mons. Jaume Camprodon y Mons,. Carlos Soler y por Mons. Uriarte, obispo emérito de San Sebastián, y por más de treinta presbíteros procedentes de la diócesis representadas en el Encuentro, entre los que figuraban los respectivos consiliarios diocesanos. También había numerosos diáconos.
En su homilía el obispo Francisco ha hecho referencia al programa evangélico de las Bienaventuranzas que se había proclamado, y que ha resumido como "la felicitación de Jesús", que hacía extensiva al movimiento. También ha agradecido a los miembros de Vida Creixent su compromiso y les ha alentado a seguir trabajando al servicio de la Iglesia, "con firmeza, fidelidad, amor y humor", refiriéndose al texto de los Hechos de los Apóstoles de la misa. Al finalizar la celebración muchos de los fieles han venerado las reliquias de san Narciso, patrón de la ciudad y la diócesis, que excepcionalmente eran expuestas y también han podido recoger el tradicional algodón que se entrega en la fiesta del 29 de octubre.
Después de realizar un breve recorrido por el barrio antiguo de la ciudad los participantes en el Encuentro se han reunido para el almuerzo de hermandad en el polideportivo de Fontajau.