Mn. Lluc Riera, vicario general del Obispado de Mallorca ha sido el encargado de dirigir el retiro de adviento de este año destinado a los presbíteros y diáconos de nuestra diócesis. Estaban presentes en la Casa de Espiritualidad Santa Elena de Solius, el obispo Francesc Pardo, los obispos eméritos Jaume Camprodon y Carles Soler, un centenar de presbíteros, y diáconos.
Mn. Lucas dividió sus reflexiones en dos partes: "Arraigados en el don. La ternura nos precede y nos acompaña" y "Abiertos a la misión. Sólo la alegría se contagia".
A partir de un texto de Lucas (Lc 12,32) habló de la ternura: “Somos de Cristo, en la ternura del Padre...”; “una nueva mirada hacia nuestros hermanos...”; "la complacencia del Padre es darse...". Este don que nos lleva a una renovada confianza en la pobreza y pequeñez evangélicas, hará que con la paz en el corazón podamos servir con alegría a los hermanos. Debemos estar abiertos a la misión, a la misión que nace del don, afirmó Mn. Lucas Riera.
Para hablar de la alegría que hace falta para servir a los hermanos, porque sólo la alegría se contagia, utilizó como apoyo un texto de la segunda carta a los Corintios (2Cor 1,24): "No hablo como si quisiéramos dominar vuestra fe; más bien queremos contribuir a vuestra alegría". Estamos en una nueva situación misionera. De "nueva evangelización" y de "primera evangelización". La misión, recordó Mn. Lucas, es una cuestión de confianza, y esa confianza la daremos si somos capaces de vivir con alegría nuestra condición de cristianos. Habló de la importancia que tiene saber acoger y escuchar a la gente. ¿Qué esto significa un cambio de mentalidad?, quizás sí, pero es necesario. Se debe pasar del presbítero gerente y gestor al pastor tranquilo y atento. La nueva misión pasa por el coloquio personal, acabó reiterando.