"Sin Jesús no hay pesebre de Dios, el mundo no sería ese pesebre", ha dicho el obispo Francisco en su felicitación a los miembros de la Curia Diocesana que, como es tradicional le han testimoniado su felicitación navideña.
En primer lugar el Vicario general, Mn. Lluís Suñer ha dirigido unas palabras inspiradas en el texto de Carlo Maria Martini "meditaciones sobre la oración". Unas palabras en forma de oración deseando que seamos capaces de abrir los ojos para que sepamos ver los signos de la salvación en medio de nosotros, en la oración, en nuestra experiencia de Iglesia, en los sacramentos, en la experiencia de los hermanos y hermanas, en la experiencia del Espíritu, en el clamor de los entes humillados, en la.
La reflexión del mundo. Pardo, se inició señalando el hecho de que "la tentación siempre será de vaciar la Navidad de Jesús y convertirlo sólo en una fiesta familiar", ha insistido en la necesidad de que "cada Navidad volvamos a escuchar, vivir y celebrar que ha nacido el Salvador, Jesús, que asume la fragilidad humana y trae la verdadera paz". Finalmente ha recordado que, "la madera del pesebre se convertirá en cruz y ésta se convertirá en resurrección y plenitud".
Precisamente enlazando con este sentido de su mensaje, y como recuerdo de estas Navidades el obispo ha entregado a cada miembro de la Curia una reproducción a escala de la Majestad del monasterio de Sant Joan les Fonts, imagen que se muestra en el Museo Diocesano.
Seguidamente ha felicitado personalmente a cada uno de los miembros curiales presentes en el acto con los que departido cordialmente.
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