NOTA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL TARRACONENSE
El pasado 13 de octubre fueron beatificados 522 mártires de la persecución religiosa del siglo XX en España. Muchos de estos testimonios de la fe habían nacido o vivido en nuestras Diócesis, que han sido fecundadas por la sangre de estos mártires. Su beatificación no debe ser simplemente un acto que quede para la historia, sino un nuevo impulso en el camino de la fe de nuestras Iglesias, una gracia de Pentecostés. La celebración en Tarragona ha sido un gozo, pero también un compromiso para todos, que debemos concretar con iniciativas pastorales que sean expresión y fruto del Año de la Fe que estamos celebrando.
Los Obispos de Cataluña pensamos que, tal y como pidió el beato Juan Pablo II, «es necesario que las Iglesias locales hagan todo lo posible para no perder el recuerdo de aquellos que han sufrido el martirio» (TMA 37). Y al mismo tiempo el propio Papa nos pedía, de forma muy solemne, el compromiso de realizar una verdadera «purificación de la memoria». En este sentido, no nos cuesta reiterar lo que ya afirmamos: «Somos conscientes de las carencias y errores que, como miembros de la Iglesia, hayamos podido cometer en un pasado más o menos lejano, y humildemente pedimos perdón; pero al mismo tiempo somos también conscientes del papel insustituible que ha tenido la Iglesia y el cristianismo en la historia milenaria de Cataluña» (Al servicio de nuestro pueblo, 22).
Por eso, así como en el pasado reciente, la Iglesia luchó decididamente a favor de la reconciliación, los derechos humanos y el restablecimiento de las libertades, en tiempos muy difíciles y mucho antes de la transición democrática, ahora también nos comprometemos a trabajar por la reconciliación entre todos los ciudadanos y por la curación de las heridas que aún pudieran permanecer abiertas y que habría que permanecer abiertas.
Deseamos que se siga investigando el período histórico que incluye la II República, la Guerra civil, la Dictadura y la recuperación de la Democracia, ya que creemos que conocer la verdad será una ayuda al esclarecimiento de la historia, conducirá a la paz ya la auténtica reconciliación entre todos los ciudadanos de nuestra tierra.
Los Obispos de la Conferencia Episcopal Tarraconense
Tiana, 31 de octubre de 2013