Esta mañana, 26 de noviembre, el P. Cebrià M. Pifarré, monje de Montserrat, ha dirigido el receso de Adviento para presbíteros y diáconos. En el remanso estaban también presentes el obispo Francisco y el obispo emérito Carles Soler.
El P. Pifarré ha dividido el receso en dos partes. La primera reflexión ha hecho referencia a cómo "desvelar el deseo de acoger al Dios que viene para salvarnos", presentando al Adviento como un "tiempo de una Iglesia en vela", y como "una espera del Señor, inicio de la Pascua redentora". El Adviento ha dicho: "nos recuerda que la Iglesia es una comunidad que avanza la aurora, en el deseo y la espera del Mesías; es como una caravana de peregrinos". Ha destacado el vínculo existente entre el tiempo de Adviento y la Pascua porque "la espera impaciente del retorno del Señor, típica de los primeros cristianos, nace de la noche de Pascua, y su prolongación en el Padrenuestro nos mantienen en la espera del Señor que vendrá el último día, punto primordial de la experiencia cristiana".
El tema tratado a lo largo de su segunda reflexión ha sido: “El camino cristiano, entre la espera gozosa y la vigilancia serena”. Se trata "de abrir espacios al deseo ya la esperanza en el vacío de los corazones. En este sentido ha hecho referencia a un texto del cardenal HJ Newman que expresa bien el realismo y el sentido de la espiritualidad de Adviento. Dice el texto: "¿Sabéis qué significa esperar a un amigo, esperar a que llegue y ver que tarda? ¿Sabéis que significa vivir con ansia cuando algo podría ocurrir y no ocurre? Pues, velar en espera a Cristo, es un sentimiento que parece a todos éstos, en la medida en que los sentimientos de este mundo pueden ser parecidos a los del otro mundo". Ha terminado diciendo que "la esperanza gozosa es el distintivo del cristiano que le permite valorar rectamente el presente de la salvación".
El receso ha tenido lugar en la Casa de Espiritualidad Santa Elena de Solius.