Sor Lucía Caram, conocida religiosa dominica, habló el jueves 27 de marzo en la parroquia de la Inmaculada de Figueres en un acto organizado por el arciprestazgo del Alt Empordà Interior.
Transmitió su alegría de creer, y, a partir de ahí, el compromiso decidido a favor de una nueva humanidad, donde todo el mundo sea dignificado como persona. Nos urge a todos humanizarnos más e implicarnos en transformar el mundo.
Recordó que en Lampedusa, el papa Francisco utilizó dos preguntas bíblicas que Dios nos vuelve a hacer hoy: "¿Dónde estás?" y “¿Dónde está tu hermano?”. La cultura del bienestar nos lleva a pensar sólo en nosotros mismos. Nos hemos acostumbrado al sufrimiento de los demás.
La solución –según sor Lucía- es la “proximidad”, ponerse en la piel del otro. Hay que introducir en el corazón de la crisis la compasión: hacer nuestro su dolor y también su esperanza,
Todos somos parte del problema. Si no somos capaces de dignificar a quienes están al margen, todos habremos fracasado. Podemos quejarnos de la banca, de los políticos, de los gastos de armamento y reclamar justicia, pero el verdadero cambio es el que nace del propio corazón. Un corazón reconciliado, capaz de desterrar el odio y promover el perdón y la justicia. Nada cambia tanto el mundo como el cambio de uno mismo.