El martes 15 de abril a las cinco de la tarde, en la Catedral, el obispo Francisco ha concelebrado con el obispo emérito Carlos Soler y el presbiterio diocesano la Misa del Crisma. Esta misa es una manifestación de la "comunión" de los presbíteros con su Obispo.
Al inicio de la homilía, el obispo se dirigió especialmente al obispo emérito Carlos con un recuerdo fraternal por el obispo emérito Jaume, a los presbíteros diocesanos, religiosos, de la prelatura, especialmente los que este año celebran los 25 y 50 años de ordenación: Mn. Joan Solés, Mn. Àngel Pagès y Mn. Joaquim Goy, con 50 años de presbiterado, y Mn. Enric Tubert por los 25. También tuvo un recuerdo para aquellos hermanos de presbiterio que han muerto, y muy especialmente los que han fallecido desde la Misa Crismal del pasado año. Ha saludado también especialmente a los diáconos, acólitos, seminaristas, hermanas, hermanos, religiosos, religiosas, laicos con misión pastoral y especialmente a quienes ejercen responsabilidades en la Diócesis, deseando a todos la gracia y la paz de Jesucristo.
La Eucaristía, ha dicho, "es acción de gracias, pero hoy lo es de una manera especial para nosotros, obispos, presbíteros y para todo el pueblo de Dios de Girona, porque celebramos anticipadamente la institución del sacerdocio en aquella última cena, con el encargo de repetir siempre el memorial del Señor. Hoy recordamos con agradecimiento el actual por eso renovamos las promesas de ese día, la donación fiel al Señor ya su pueblo por toda nuestra vida”.
Ha destacado algunas de las consignas del papa Francisco extraídas de su exhortación sobre la alegría del evangelio: «id a las periferias»; «debemos ser un hospital de campaña para curar a la persona herida»; «somos la casa del Padre, siempre abierta a todo el mundo»; «prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por haber salido a la calle que una Iglesia enferma por estar cerrada y por la comodidad de aferrarse a las propias seguridades».
A partir de aquí ha hecho mención a los sentimientos y actitudes que a menudo vivimos resumiéndolo en los seis puntos que han conformado su homilía:
1) Fiémonos del Señor Jesús y de su acción en el corazón de quienes ha encomendado a nuestro cuidado pastoral.
2) Ámbitos y actitudes para vivir y ofrecer el evangelio.
3) No nos dejemos robar el evangelio.
4) No nos dejemos robar la esperanza.
5) No nos dejemos robar la caridad.
6) No descuidamos a la comunidad: Los laicos, los jóvenes y las parroquias; la pastoral juvenil y la pastoral vocacional; la necesidad de la comunidad; la necesidad de nuestras parroquias.
Ha finalizado su homilía refiriéndose a la Eucaristía como "fuente y culminación de la vida cristiana; fuente y culminación de la comunión con Cristo y entre nosotros, de nuestra identidad como presbíteros, signo anticipado de la unidad de la humanidad y de su redención".
La celebración ha seguido invitando a los presbíteros concelebrantes a renovar públicamente las promesas sacerdotales. Ha bendecido a los aceites y ha consagrado el crisma que, en todas las parroquias de la Diócesis, se utilizará como materia de algunos sacramentos.
Nota: se puede descargar en PDF el texto completo de la homilía.
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