Éste es título de la conferencia que ayer, martes 18 de noviembre, pronunció el dr. Joan Planellas en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas ante un numeroso público.
Va iniciar la seva exposició donant a conèixer la cronologia biogràfica del beat, des del seu naixement a Concesio l'any 1897, fins a la seva mort a Castelgandolfo l'any 1978. Va ser ordenat prevere a Brescia l'any 1920, seguint després estudis de Dret canònic a Milà, i de Filosofia i Lletres a les facultats de la Gregoriana i la Sapienza de Roma, respectivament. Trabajó muchos años en la Secretaría de Estado del Vaticano, siendo también Consiliario de la Federación Universitaria Católica Italiana y Fundador del Movimiento Laureati. Nombrado arzobispo de Milán (1954), cardenal (1958) y elegido papa en 1963.
A lo largo del segundo punto de la exposición, el conferenciante destacó cinco rasgos del ministerio pastoral de Pablo VI:
- Conciencia de que el Concilio Vaticano II era la herencia recibida del papa Juan XXIII.
- Que la Iglesia debía devolver más hondamente al misterio de Cristo para cotejar adecuadamente su misión.
- Girar hacia el hombre de hoy para ofrecer positivamente el Evangelio, aunque con la correcta mirada.
- Que la Iglesia debía cotejar una actitud positiva de diálogo.
- Y una manifiesta alegría de vivir la fe en medio del sufrimiento y la desafección de algunos sectores eclesiales.
El tercer punto y último de su conferencia le dedicó a encontrar paralelismos entre el papa Francisco y el magisterio de Pablo VI:
- Confortadora alegría de evangelizar.
- Diálogo con el mundo y dentro de la propia Iglesia.
- Una Iglesia servidora y pobre
- Y el testimonio de la propia vida.
Terminó la exposición diciendo: “Pablo VI gozaba de un amor apasionado por la Iglesia”.