Unos ochenta curas y diáconos de la diócesis de Girona, junto con el obispo Francisco y el obispo emérito Carlos, han participado el martes 17 de febrero en el receso de Cuaresma que ha tenido lugar en la casa Santa Elena de Solius, organizado por el Obispado.
Ha sido un receso con acento franciscano, ya que ha girado en torno a la figura y las palabras de san Francisco de Asís. Ha sido dirigido por Eduard Rey, capuchino de Arenys de Mar. En la primera parte, bajo el título "El camino de la verdadera alegría", Rey ha subrayado que la clave de esta alegría se encuentra en el hecho de "saber desapropiarse" de la propia obra, y en la capacidad de tener paciencia y de evitar la irritación. En la segunda parte, que llevaba por título "Ascética de la ingenuidad", Rey ha insistido en la necesidad de recuperar la ingenuidad, la cual -ha dicho- se echa de menos en la Iglesia. En una época en la que se valora sobre todo el sentido crítico, hay que poner el acento en “una ingenuidad querida y pícara”. Por último, ha destacado la importancia de la obediencia, que, según san Francisco, es necesario tener para con cada persona.
Unas informaciones, una celebración de la Palabra y el almuerzo de hermandad han ocupado la parte final del receso.