Si León XIII fue capaz de dar la vuelta a la doctrina de la Iglesia católica adaptándola a los cambios sociales, culturales y económicos de finales del siglo XIX, el papa Francisco está haciendo lo mismo en pleno siglo XXI. De hecho, Rerum Novarum, el nombre de la conocida encíclica de 1891, podría servir también en el momento atual. El papa Francisco, "probablemente el único líder mundial capaz de hacerse escuchar y respetar hoy en entornos muy diversos", también está planteando "cosas nuevas" que posiblemente lleven al catolicismo a experimentar algunos cambios tectónicos y movimientos estructurales de fondo. Sólo un ejemplo: "poco a poco está arrancando la Iglesia católica de cierta connivencia histórica con los de arriba y la acerca a los de abajo". Es más, si Juan Pablo II fue un papa hecho a medida para hacer frente y encajar los retos que supuso por Europa la caída del muro de Berlín y la desaparición del bloque soviético, Francisco conoce y anticipa muy bien las consecuencias positivas y negativas de la globalización.
Éstas son sólo algunas de las reflexiones que el periodista y director adjunto de La Vanguardia realizó ayer en una conferencia titulada "La dimensión pública de la Iglesia en el momento actual", que tuvo lugar en la Casa de Cultura de Girona y que fue organizada por la Delegación de Medios de Comunicación Social del Obispado de Girona. A lo largo de su intervención, Juliana desgranó las grandes tendencias del hecho religioso en las principales regiones del mundo y advirtió de que los europeos debemos tomar conciencia de formar parte de una realidad mucho más extensa -Euroasia- de la que hasta ahora pensábamos. Un espacio geográfico, además, donde los retos que plantee un Islam en crecimiento serán cada vez más importantes. Por otra parte, como hemos visto y experimentado recientemente con la crisis de los refugiados o con los atentados de París, lo que sucede en Oriente Medio "afecta y afectará mucho más directamente en un futuro, nuestra casa".