Ayer Girona viene rendir memoria al primer santo mártir documentado de la ciudad de Girona: Sant Feliu. La actual basílica que lleva su nombre fue levantada allá donde fue enterrado en el año 304. Desde entonces el lugar se convirtió en centro de peregrinaje. Muchos fieles y devotos del santo se reunieron anoche en la basílica de san Félix para participar de la misa que fue presidida por el obispo de Girona Francesc Pardo. El prelado repasó brevemente la vida del santo, remarcando que era un mercader venido de África, pero que por encima de todo "lo que ofrecía era el tesoro del Evangelio". Lo definió como un “testigo de Cristo y gozoso”. El obispo Francisco aprovechó también la homilía para contar su experiencia vivida en la reciente Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia.
Sant Feliu fue el primer patrón de la ciudad de Girona antes de que fuera sustituido a partir de los siglos X-XI por san Narciso.