“El tiempo nos pide cerrar el Año Jubilar como tiempo especial, pero en modo alguno hay que cerrar lo que hemos vivido este año de una manera muy intensa: la inmensa misericordia y bondad recibidas de Dios y el esfuerzo en practicar las obras de misericordia”, recordó el obispo Francisco en su homilía en la Misa de en la catedral de Gerona. Concelebraron una treintena de presbíteros asistidos por cinco diáconos. La parte central de la sede era ocupada por los fieles, muchos de los cuales procedían de la docena de iglesias jubilares donde se ha podido ganar la indulgencia jubilar. También estaba presente una delegación municipal y de la orden del Santo Sepulcro. La parte musical corrió a cargo de la Capilla de Música de la sede.
El obispo de Girona compartió su reflexión refiriéndose al gesto formal de cierre de las Puertas de la Misericordia, pero no en su significado ya que deben continuar siempre abiertas, tanto en lo que se refiere a las de la Iglesia que está en Girona como las de cada uno. También dio gracias por el trabajo realizado en toda nuestra diócesis y especialmente en las parroquias, santuarios y el monasterio donde se podía ganar el Jubileo y especialmente gracias al papa Francisco por esta iniciativa que culminará el próximo domingo, fiesta de Cristo Rey.
Antes de cerrar la celebración, un representante de cada una de las iglesias y santuarios jubilares -la Catedral, las basílicas de San Félix de Gerona y de Santa María de Castellón de Empúries, la parroquia de Santa Coloma de Farners, los santuarios de la Misericordia de Canet de Mar, de Santa María del Coll, de la Fuente Santa de Jafre, de Santa María del Villar de Blanes, de la Virgen del Monte y de la Virgen de los Ángeles y del monasterio de Santa María de Solius, presentó un resumen de las actividades que en los respectivos lugares se han llevado a cabo en el transcurso del Año Jubilar.
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