"En esta cruz está el rostro de nuestros hermanos", dijo el obispo Francisco durante el velatorio de oración con la cruz de Lampedusa, que tuvo lugar el viernes por la noche la iglesia del Mercadal de Girona. Organizada por la Delegación de Apostolado Seglar, reunió a unos dos centenares de fieles, entre ellos muchos jóvenes, que acogieron la cruz que fue entregada al papa Francisco el 9 de abril de 2014, durante su visita a la isla, que se ha convertido en un punto de llegada de miles de emigrantes y refugiados. El material de la cruz se ha realizado con maderas y otros restos de las embarcaciones de los llegados a la isla. Los cantos, el testimonio de una voluntaria y la reflexión de Mons. Pardo precedieron a la adoración de la cruz, seguida de un tiempo de reflexión y de silencio. La cruz de Lampedusa es pues un signo de acogida y de vida, un signo del amor de Dios y de acogida de nuestros hermanos.
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