Ayer se cerró la peregrinación de la Cruz de Lampedusa por varias diócesis de Catalunya, con una celebración presidida por el obispo Francesc Pardo en la parroquia de Calella (fotografía). La Cruz de Lampedusa también fue la protagonista de un velatorio joven en la parroquia del Mercadal de Girona hace dos meses, al inicio de su itinerario. Está construida -por encargo del papa Francisco- con maderas y restos de las embarcaciones de los inmigrantes llegados a la isla italiana, y quiere ser un testimonio del sufrimiento de tantas personas que se esfuerzan por llegar a Europa y conseguir una vida más digna, pero también un signo de acogida, de vida y de esperanza.