La catedral de Girona se llenó ayer domingo por la tarde hasta los topes para acoger la ordenación presbiteral de Mn. Miquel Calsina i Buscà (Torroella de Montgrí, 1970), hasta ahora diácono al servicio de la agrupación de parroquias de la Bisbal d'Empordà. Calsina es actualmente también delegado de Medios de Comunicación del Obispado, profesor de la Universidad Ramon Llull y miembro del Consejo Asesor para la Diversidad Religiosa. La celebración fue presidida por el obispo de Girona, Francesc Pardo, y concelebrada por setenta presbíteros de diversas diócesis catalanas, asistidos por una decena de diáconos. En su homilía, el obispo señaló al nuevo sacerdote que Dios se había manifestado de muchas formas en su vida y que él había “respuesto generosamente”.
"Por medio de la imposición de mis manos y de la oración –le indicó el obispo Francisco- el Espíritu Santo te configura a Cristo para que lo hagas presente por la Predicación del Evangelio, por la celebración de los sacramentos de la fe, especialmente la Eucaristía, el perdón de los pecados, el Bautismo y la unción de los males; vida”. "Hazlo siempre en comunión de cariño con toda la Iglesia", pidió el prelado al nuevo presbítero, subrayando que la fuerza y la eficacia de su ministerio "nacerá de la gracia de Dios y de la fuerza del Espíritu", pero que se manifestará especialmente y se hará creíble por el testimonio, la coherencia de vida, la caridad.
Por último, el obispo recordó al recién ordenado cura que "la caridad pastoral debe ser el eje de tu espiritualidad", así como que "la caridad o amor del pastor te debe llevar a hacerte cercano a todos, no sólo a los más dóciles y convencidos, sino a los más rebeldes, críticos, o poco piadosos", a los alejados. "Escucha a todo el mundo, ruega por todo el mundo, ama a todo el mundo. Y cuando no puedas hablarles de Dios, siempre podrás hablar a Dios de ellos", le recomendó el obispo para cerrar la homilía.
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