Hoy viernes por la mañana, la capilla conventual de la Catedral de Girona ha acogido la misa de acción de gracias con motivo de los 10 años de la ordenación episcopal del obispo Francesc Pardo. Durante su homilía, el prelado ha manifestado que han sido "diez años de esfuerzo por responder a los retos que la cambiante situación social nos presenta a la Iglesia" así como también ha reconocido que "el ministerio confiado es un don de Dios: todo es gracia, y lo digo muy convencido, consciente de mis limitaciones, pecados y posibilidades".
A continuación, el obispo ha hecho un agradecimiento "a tantas personas que durante mi vida, pero especialmente durante estos 10 años, me han amado, ayudado y acompañado", al tiempo que ha pedido perdón "a todos los que haya ofendido". "Renuevo mi compromiso" ha afirmado seguidamente, y ha hecho una petición a los fieles presentes en la ceremonia: "os pido su oración así como su cariño, ayuda y apoyo".
Finalmente, ha señalado algunos de sus deseos para la Iglesia diocesana: "una verdadera comunión eclesial; una Iglesia dispuesta a renovarse, centrada en Jesucristo; la capacidad de proponer la Buena de Jesús con el acierto de las palabras y el testimonio de la propia vida; contar con los presbíteros que contribuyen a la responsabilidad de unas responsabilidades; Es vivas, y que Jesús sea conocido y acogido entre los jóvenes".
