La casa de espiritualidad de Santa Elena de Solius acogió, la mañana de ayer martes 27 de noviembre, el remanso de Adviento para presbíteros y diáconos del Obispado de Girona. Bajo el lema "Sirve al Señor con alegría", en esta ocasión fue dirigido por el obispo auxiliar de Barcelona Sergi Gordo. Después de una oración inicial comenzó la primera parte del encuentro, en el que el ponente ofreció una meditación en torno al episodio de la boda de Caná, titulada "El Señor viene, déjate visitar y acompañar por Él. Taste y veréis que es bueno el Señor: el vino mejor". El obispo Gordo invitó a los asistentes a “dejarse inundar por el mejor vino, que es el Señor, y no conformarse con sucedáneos”. "El gran desafío -aseguró- es dejarse encontrar por Él", al tiempo que animó a los curas a "no aislarse ni ser autorreferencial, sino experimentar la necesidad del acompañamiento".
A continuación se hizo un intermedio en el que se dejó un rato para la oración personal, y seguidamente se reanudó la segunda parte del receso, en la que el obispo Gordo quiso aportar una serie de consejos a los presbíteros y diáconos para cultivar la alegría y el gozo en su vida y ministerio. Lo hizo inspirándose en dos grandes documentos del papa Francisco: La alegría del Evangelio y Alégrase y celebre. "Nuestro camino hacia la santidad -dijo- debe ser fuente de humanización y esta humanización debe ser uno de los tests de la calidad de nuestra vida espiritual", al tiempo que señaló, entre otras reflexiones, que "la amistad con Jesús es una de las claves para entender la santidad".
Unas palabras del obispo Francisco y la celebración de la palabra cerraron la jornada.