El acompañamiento pastoral al final de la vida, en la Jornada diocesana de presbíteros y diáconos

La casa de espiritualidad Santa Elena de Solius acogió, este pasado martes 28 de mayo, la Jornada diocesana de presbíteros y diáconos, que fue presidida por el obispo Francisco. La ponencia y reflexión corrió a cargo de Mn. Joan Bajo Llauradó, delegado de la pastoral de la salud del Obispado de Tortosa y director del Secretariado de Pastoral de la Salud de las diócesis catalanas. Bajo el lema "Dotar de sentido el fin de la vida: acompañamiento pastoral", la sesión se dividió en dos partes, una más teórica y otra centrada en consejos dirigidos a los asistentes.
La enfermedad, el sufrimiento, la muerte, el luto… Mn. Bajo entró de fondo en todas estas cuestiones, planteando cuál debe ser la mejor forma de realizar un acompañamiento pastoral a las personas que pasan por estas situaciones. Concretamente sobre la muerte, el conferenciante la definió como "el tabú de los tabúes de nuestra sociedad", al tiempo que remarcó que justamente por ser algo inevitable hay que prepararse para afrontarla. En este sentido, y desde su experiencia como miembro de comités éticos de centros hospitalarios, lamentó la poca preparación de los profesionales en el afrontamiento de ese momento crucial en la vida de las personas.
"Acompañar a morir a veces es acompañar a decider", explicó también, y puso sobre la mesa las diversas opciones que, desde la perspectiva cristiana, representan una alternativa a la eutanasia, como son los cuidados paliativos.
Después de un descanso, la segunda parte se centró en elementos que deberían configurar el acompañamiento pastoral al final de la vida, a fin de humanizar este momento, como son la escucha atenta y activa o el respeto, entre otros.