La Catedral de Girona acogió, ayer por la tarde, la ordenación diaconal de Mn. Antoni Coll (Gerona, 1967) y Mn. Andreu Soler (Arenys de Munt, 1947). La ceremonia fue presidida por el obispo Francisco y concelebrada por presbíteros de toda la diócesis, con la asistencia de varios diáconos. Asimismo, numerosos familiares y amigos de los dos nuevos diáconos quisieron acompañarles en un día tan especial. Coll fue ordenado diácono como paso previo al presbiterado y Soler como diácono permanente.
En su homilía, el obispo explicó que el diácono “es un escogido y ordenado para ser servidor de la Palabra de Dios y sembrador del Evangelio”, y concretó, a continuación, su misión: “servir en la celebración de la Eucaristía, presidir la celebración de algunos especiales y de los bienes, de los más sacrimentos y de atender de bienes;
“Procure siempre reavivar la llama del don de Dios que traerá por la imposición de mis manos”, dijo, recordando las palabras de Pablo a su discípulo Timoteo. El obispo finalizó su homilía dándoles las gracias por su compromiso: “Gracias en nombre de la Iglesia que hacemos camino a Girona y gracias en nombre de muchas personas que conoce y no conoce, pero que servirá con amor y dedicación”.
Por lo que respecta a sus tareas y responsabilidades, Mn. Antoni Coll seguirá colaborando con la parroquia de San Esteban de Caldes de Malavella y con el arciprestazgo de la Selva, así como también con la notaría del obispado. Mn. Andreu Soler seguirá colaborando con las parroquias de Olot y del arciprestazgo del Alt Fluvià.
A continuación puede ver un vídeo resumen de la ordenación (incluido en el programa Tiempo de Iglesia del 5 de octubre):
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