
Con gran devoción, la Diócesis de Girona ha acogido estos últimos días las reliquias de santa Bernadeta -la chica que con 14 años fue testigo y protagonista de las apariciones de la Virgen en Lourdes- en el marco de la visita por diferentes diócesis que se está llevando a cabo con motivo del 175 aniversario de su nacimiento. El relicario llegó a la ciudad de Girona el martes día 12 de noviembre por la mañana en la iglesia de la residencia de las Hermanitas de los Pobres y fue recibido por el consiliario de la Hospitalidad diocesana de Lourdes, Mn. Juan Baburés; miembros de la Junta, encabezados por la presidenta, Anna Coll; la comunidad de religiosas y un numeroso público. A lo largo del día, todo el que quiso pudo acercarse a la residencia para venerar las reliquias de la santa y participar en la misa, el res de rosario y las vísperas. Al atardecer se hizo el traslado hasta la capilla de San Narciso de la basílica de San Félix.
Al día siguiente miércoles, 13 de noviembre, las reliquias pudieron visitarse durante todo el día en la basílica, ya las 18 h tuvo lugar la celebración de una misa presidida por el obispo Francisco. La liturgia se inició con una breve procesión encabezada por el Santo Cristo, una imagen de la Virgen de Lourdes y el relicario, el obispo y los concelebrantes asistidos por dos diáconos hasta el altar mayor. La amplia nave estaba totalmente ocupada por los fieles, muchos de ellos miembros de la Hospitalidad de Lourdes venidos de todo el obispado. “Lourdes se hace presente, Lourdes ha venido a visitarnos”, señaló el obispo en su homilía, quien se refirió también al simbolismo de venerar las reliquias como símbolo intercesor “de uno de los nuestros que se ha convertido en santo”. En este sentido se refirió al evangelio proclamado, las Bienaventuranzas, para señalar que Dios elige a los más sencillos, a los que no son nadie para que le den testigo. E insistió en que los preferidos son los pobres y los enfermos. "Precisamente la enfermedad es la gran pobreza", dijo, recordando que santa Bernadeta sufrió enfermedad en el transcurso de su vida, sin olvidar sus sufrimientos de incomprensión por parte de la autoridad de la Iglesia de su tiempo. Finalmente agradeció la labor y servicios de la Hospitalidad: “Os espoleo pues a que siga con su trabajo al servicio de los más débiles”. Al terminar la misa, se rezó el rosario, con la luz de las antorchas y una nueva procesión, ésta con el acompañamiento de todos los fieles.
Las reliquias de santa Bernadeta siguieron su peregrinación al día siguiente jueves por la mañana, después de una oración, en dirección a Vic.