
La lluvia, el viento, el frío y la nieve no impidieron que, el pasado lunes 20 de enero, el Padre Peregrino de Tossa renovara la promesa en San Sebastián que, según la tradición, el siglo XV libró de una peste a los habitantes de la población. En esta ocasión estuvo acompañado de 763 personas, que desafiando el mal tiempo peregrinaron a pie los 40 km que separan la villa marinera de Santa Coloma de Farners. De éstos, había 408 hombres -de los cuales, 29 descalzos- y 355 mujeres -de las cuales, 33 descalzas-.
Una vez llegados a Santa Coloma, el obispo Francisco recibió al Padre Peregrino —este año, Francisco Javier Almendros, de 53 años— y sus acompañantes, quienes, en procesión, entraron en la capilla dedicada al santo para cumplir el Voto del Pueblo. Al día siguiente se emprendió el camino de regreso para anunciarlo en los toses. En este caso, debido a las inclemencias meteorológicas, la comitiva tuvo que reducirse al Padre Peregrino y otras cinco personas por recomendación de las autoridades.