
La Catedral de Girona acogió, el domingo 6 de junio, la celebración de la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Christi, que fue presidida por el obispo Francisco, este año con restricciones a causa de la pandemia. En su homilía, el obispo evocó la larga tradición de siete siglos de la celebración del Corpus en Girona, así como la relación con la acción de Cáritas, que ha facilitado “el pan de cada día” a cientos y miles de personas que en estos últimos meses han sufrido los efectos de la COVID-19, dando testimonio de que “Jesús que más se ha” También manifestó que "cada Eucaristía renueva el pacto de amor entre Dios y nosotros".
Tras la misa, que contó con la participación de la Capilla de Música, se inició la tradicional procesión con el Santísimo, que salió por la plaza de los Apóstoles y entró de nuevo en la catedral por la puerta principal. Como es habitual, los miembros de las cofradías gerundenses fueron los encargados de elaborar las alfombras de flores, que pudieron verse en la plaza y en el interior y que seguían el recorrido de la procesión.