
Ayer miércoles, 8 de septiembre, la iglesia de Sant Esteve de Olot acogió la celebración de la festividad de la Virgen del Tura, con la participación de numerosos fieles. La ceremonia fue presidida por el obispo Francisco, y concelebraron una veintena de presbíteros. En su homilía, el obispo recordó que "estamos aquí haciendo fiesta para agradecer nuevamente la protección de la Virgen María, su amor de madre". Y añadió: "Desde hace siglos que generaciones de esta ciudad y de muchos pueblos de la Garrotxa han vivido con esta certeza; y con el nombre de Tura la han invocada, la han alabado, le han presentado alegrías y tristezas, le han confiado peticiones, la han hecho cercana a cada hogar ya todos los rincones de la ciudad."
Por otra parte, el obispo también se refirió al inicio del nuevo curso. "Venimos de dos cursos con muchas dificultades para realizar las actividades pastorales a causa de la COVID. Puede que este curso recuperemos la normalidad manteniendo, sin embargo, las medidas sanitarias", señaló. Y pidió la ayuda de la Virgen por delante de los retos que hay sobre la mesa: la catequesis, las celebraciones, los bautismos, o la acogida y el acompañamiento a los pobres, enfermos y ancianos. "Madre, ayúdanos a vivir y anunciar el Evangelio de Jesús para que sea reconocido como la mejor noticia por la vida de las personas", añadió finalmente.
Fotografía: Flama.info