
Con la Hoja Parroquial de la semana pasada se repartió el documento de las prioridades pastorales para este curso que acabamos de empezar.
Estas prioridades o pautas pastorales tienen la finalidad de impulsar, iniciar o mejorar algunas acciones y propuestas para que ejerzamos nuestra misión como Iglesia que hacemos camino a Girona, teniendo muy presente la Palabra de Dios, el magisterio pastoral del Papa, la reflexión de los consejos presbiteral y pastoral diocesano, las aportaciones de las arciprestas, las de las arciprestas, las de las arciprestas.
La misión permanente de la Iglesia –como sabemos– es anunciar el Evangelio de Jesucristo, enseñar y educar para la vida cristiana, celebrar la fe con los sacramentos, dar testimonio de ella amando y sirviendo a las personas en las responsabilidades que tenemos y por medio de las instituciones que concretan la caridad y el servicio, especialmente a los más necesitados.
Pero vivimos un tiempo en el que es necesario afrontar los retos que constatamos en este momento.
Han disminuido las peticiones del bautismo para los niños. Quizás la pandemia con sus restricciones ha ayudado, pero la cuestión de fondo es que no se contempla la necesidad del bautismo. También es necesario insistir en la importancia de la confirmación de adolescentes, jóvenes y adultos.
Ha mermado el interés de las familias por ofrecer a los hijos la catequesis desde la infancia en la etapa juvenil. Y sin catequesis no puede tenerse vivencia y conocimiento de la vida cristiana.
Cada vez más los laicos necesitan formación, tanto para fundamentar su fe y darle razón como para asumir compromisos en las comunidades. Por eso es necesario ofrecer también formación, facilitando que pueda ser asumida.
Hay que insistir en la necesidad de la celebración de los sacramentos cuando proceda, y sobre todo la participación en la Eucaristía dominical.
No podemos olvidar la dimensión de la caridad y servicio a los más necesitados de salud, cariño, compañía, bienes materiales, sentido para su vida.
Somos conscientes de que las personas siguen sufriendo, con deseo de ser amadas, buscando el porqué de la vida, necesitadas de esperanza... y, en definitiva, abiertas a Dios.
Por eso se dará cuenta de que las prioridades pastorales para este curso 2021-2022 quieren asumir estos retos.
Al mismo tiempo, hay que pensar en cómo se acompañan los fieles para sostener su fe, y también las personas que la misma vida nos acerca.
Esta actitud de acogida y acompañamiento debe concretarse en las Cáritas, hacia los enfermos y ancianos, a las familias –sobre todo a las que más sufren–, y también a los curas y diáconos.
Francesc Pardo Artigas
Obispo de Girona