
El obispo Francisco presidió el pasado viernes 29 de octubre, en la basílica de Sant Feliu, el oficio solemne en la fiesta de san Narciso, patrón de la ciudad y del obispado de Girona. Con él concelebraron una veintena de presbíteros asistidos por cuatro diáconos. La amplia nave basilical estaba totalmente llena de fieles. El acompañamiento musical, también como es habitual, corrió a cargo de las diferentes corales de la ciudad.
El modelo de san Narciso
En su homilía el obispo se preguntó: "¿Qué modelo puede ser para nosotros cristianos y para nuestra Iglesia del siglo XXI la memoria de un obispo mártir?". Como respuesta puso el ejemplo del Sínodo convocado por el papa Francisco y las aportaciones que se pueden realizar desde los trabajos que se llevarán a cabo en nuestra diócesis.
Pandemia, ecología, Cataluña
Estos tres temas también estuvieron presentes en la homilía episcopal. Respecto a la pandemia recordó que "Hemos constatado la necesidad que tenemos unos de otros". En cuanto a la ecología, el obispo Francisco señaló que "tenemos que responder al clamor de la tierra, al grito de los pobres con una economía ecológica, con estilo de vida sencillo, con espíritu comunitario responsable".
En cuanto a Cataluña reconoció que en la actual etapa histórica se "requiere serenidad, capacidad de buscar puentes para construir, esfuerzo para no marginar y excluir, llegar a acuerdos pensando en el conjunto ciudadanos y no sólo en la ideología del propio grupo". Igualmente evocó una oración que hace desde joven y que se cierra con el verso: “Oh Dios, ampara a mi país”.
El relevo en la diócesis
También se refirió brevemente a que, por razones de edad, haya puesto su cargo a disposición del Papa y que esta situación ha facilitado una serie de reflexiones sobre la misión de la Iglesia en esta sociedad actual, centradas en lo que ofrecemos, ¿por qué lo hacemos? ¿Y para quién?
En la clausura de la homilía recordó, como ya lo había hecho al inicio, el pregón de Ferias a cargo del GEiEG en su centenario y que va finalizado con uno: ¡Viva san Narciso! Que hacía suyo.
Veneración de las reliquias
También como es tradicional, al finalizar el oficio y mientras se entonaban los gozos del patrón, se fue en procesión hasta la capilla de San Narciso para venerar sus reliquias y recoger el tradicional algodón y la estampa de este año. Como novedad se mostró la estola del santo que recientemente ya ha sido restaurada.