Carta semanal del obispo Francisco (16/01/2022): «Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos»

«Hemos visto aparecer su estrella en Oriente y venimos a adorarle» (Mt 2:2)

El Consejo de Iglesias de Oriente Medio, con sede en Beirut (Líbano), ha convocado al grupo de preparación de textos para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2022. Procedentes de diferentes culturas, razas y lenguas, los cristianos compartimos la búsqueda común de Cristo y el deseo común de ador. Aunque las iglesias y el pueblo del Líbano han sufrido las consecuencias diarias de una persistente crisis política y económica, y se han enfrentado a la tragedia de la explosión en Beirut en agosto de 2020, que causó cientos de muertos y dejó a cientos de miles de personas heridas o sin hogar, y preparar los materiales de reflexión y oración.

Según el Evangelio de Mateo (2,1-12), la aparición de la estrella en el cielo de Judea es un signo de la esperanza que durante tanto tiempo el pueblo había esperado. Es la señal que llevó a los Reyes Magos y todos los pueblos de la tierra al lugar de la manifestación del verdadero Rey y Salvador. Esta estrella es un don, un signo de la presencia del amor de Dios por toda la humanidad.

Asimismo, la búsqueda incansable del recién nacido por parte de los Reyes Magos es una expresión del hambre de verdad, bondad y belleza de toda la humanidad que, desde el principio de la creación, ha experimentado en su corazón el anhelo de Dios.

Así pues, cuando los cristianos nos unimos y abrimos el corazón para rendir homenaje a Cristo, todos nos enriquecemos compartiendo los dones de nuestras confesiones.

En esta semana de Oración por la Unidad de los Cristianos todos somos conscientes de que el mundo comparte muchas de las aflicciones y dificultades que nosotros mismos experimentamos, y que anhela una luz que le guíe en el camino hacia El Salvador, que es lo único que vence a las tinieblas. La estrella que brilló en Oriente hace dos mil años nos sigue llamando a acudir al pesebre, donde Cristo nace. Nos conduce allá donde el Espíritu de Dios está vivo y operante, en la realidad de nuestro bautismo, y en la transformación de nuestros corazones.

Después de encontrarse con El Salvador y adorarle juntos, los magos volvieron a sus países por un camino diferente, habiendo sido advertidos en un sueño. Igualmente, la comunión que experimentamos en nuestra oración compartida debe inspirarnos en volver a nuestra vida, a nuestras iglesias ya nuestro mundo también por un nuevo camino. Necesitamos cooperar para consolar a los afligidos, para acoger a los desplazados, y para construir una sociedad justa y fraterna. Esto nos pide que las Iglesias trabajemos conjuntamente para construir un futuro en el que todos los seres humanos puedan experimentar la vida, la paz, la justicia y el amor. El camino entre nuestras Iglesias es el camino de la unidad visible que buscamos con abnegación, valentía y audacia, hasta el día en que Dios sea soberano de todos.

¡Esta semana oremos por la unidad de los cristianos!

Francesc Pardo Artigas
Obispo de Girona