El próximo domingo 25 de septiembre, la Iglesia celebra la 108 Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado. El Papa ha hecho público un mensaje, titulado «Construir el futuro con los migrantes y los refugiados», del que le ofrecemos unos fragmentos para su reflexión (también puede descargar el mensaje completo aquí ).
- «La justicia es uno de los elementos constitutivos del Reino de Dios. En la búsqueda cotidiana de su voluntad, ésta debe edificarse con paciencia, sacrificio y determinación, para que todos los que tienen hambre y siete queden saciados (cf. Mt 5,6). La justicia del Reino debe entenderse como la realización del orden divino, de su designio armonioso, según el cual, en Cristo muerto y resucitado, toda la creación vuelve a ser “buena” y la humanidad “muy buena” (cf. Gn 1,1-31). Pero para que reine esta maravillosa armonía, hay que acoger la salvación de Cristo, su Evangelio de amor, para que se eliminen las desigualdades y las discriminaciones del mundo presente.
- El proyecto de Cristo es esencialmente inclusivo y sitúa en el centro a los habitantes de las periferias existenciales. Entre ellos se encuentran muchos migrantes y refugiados, desplazados y víctimas del tráfico. Es con ellos que Dios quiere edificar su Reino, porque sin ellos no sería el Reino que Dios quiere. La inclusión de las personas más vulnerables es una condición necesaria para obtener la ciudadanía plena.
- Construir el futuro con los migrantes y refugiados significa también reconocer y valorar lo que cada uno de ellos puede aportar al proceso de edificación. Me gusta ver este enfoque del fenómeno migratorio en una visión profética de Isaías, en la que los extranjeros no figuran como invasores y destructores, sino como trabajadores bien dispuestos que reconocen las murallas de la Nueva Jerusalén, la Jerusalén abierta a todos los pueblos (cf. Is 60,10-11).
- La historia nos enseña que la aportación de migrantes y refugiados ha sido fundamental para el crecimiento social y económico de nuestras sociedades. Y lo sigue siendo también hoy. Su trabajo, su capacidad de sacrificio, su juventud y su entusiasmo enriquecen a las comunidades que los acogen.
- La presencia de migrantes y refugiados representa un reto enorme, pero también una oportunidad de crecimiento cultural y espiritual para todos. Gracias a ellos tenemos la oportunidad de conocer mejor el mundo y la belleza de su diversidad. Podemos madurar en humanidad y construir juntos un “nosotros” mayor. En la disponibilidad recíproca se generan espacios de confrontación fecunda entre visiones y tradiciones diferentes, que abren la mente a nuevas perspectivas. Descubrimos también la riqueza que tienen religiones y espiritualidades desconocidas para nosotros, y esto nos estimula a profundizar en nuestras convicciones».
Más información sobre la Jornada: https://migrants-refugees.va/es/recursos/2022-jornada-mundial-del-migrante-y-del-refugiado/
