
Este próximo 29 de marzo se cumplen diez años de la muerte de Mn. Modesto Prats y Domingo. Había nacido en Castelló d'Empúries en septiembre de 1936, ingresó en el Seminario a los diez años y fue ordenado presbítero en 1959. Después se licenciaría en Filología Románica en la Universidad de Barcelona y siguió su formación en Roma y París. Su servicio presbiteral lo llevó a diferentes parroquias y fue nombrado primer párroco de Santa María de Vista Alegre de Gerona. Su compromiso con la realidad social de los años sesenta y setenta del último siglo hizo que fuera docente en el Colegio Universitario de Girona, embrión de futura Universidad en la que igualmente se integraría hasta su jubilación. Entre 1977 hasta 2002 ejercería de párroco de la parroquia de Medinyà y Vilafreser. En 2002 lo sería del Mercadal de Girona y tendría otras responsabilidad curiales. Galardonado con la Cruz de Sant Jordi por la Generalitat, recibió el Premio Athenea del Ayuntamiento de Girona. Era miembro del Institut d'Estudis Catalans, sección de Filología. Sus restos reposan en el cementerio de Castelló d'Empúries junto a los de sus padres.
Con motivo de esta efeméride, el pasado jueves se organizó una velada de homenaje a la figura de este presbítero, profesor y referente de la filología catalana. Tuvo lugar en el Centro Cultural La Mercè de Girona bajo el título "¿Habremos sido capaces de salvar el futuro?". El acto fue presentado por el escritor y articulista Josep Maria Fonalleras, y una treintena de personas hicieron memoria de la poliédrica personalidad del homenajeado, entre ellos Mn. Pere Domènech, que fue discípulo y amigo. Con ecos del Concilio Vaticano II y también del Tarraconense, Domènech recordó el trabajo pastoral y cultural de este compañero en el presbiterado. También hubo el testimonio de dos feligreses de Medinyà, localidad que reconocería al homenajeado como ciudadano adoptivo. Otros compañeros de estudios y universitarios explicaron cómo Mn. Modesto les había asistido espiritualmente en el momento de la vida familiar. Tampoco faltaron vivencias y anécdotas compartidas.
Foto: Universidad de Girona