
El santuario de Nuestra Señora de la Misericordia de Canet de Mar acogió, el domingo 8 de septiembre, la fiesta la Natividad de María. La misa fue presidida por el obispo de Girona, fray Octavi Vilà.
En la homilía, el obispo manifestó: «Pedámosle a la Virgen, bajo la advocación de la Misericordia, que nos haga misioneros de esta misericordia que proviene del Padre y que ella practicó y nos enseña a vivir. Para ser mensajeros de misericordia elevamos a María, nuestra madre, aquella casi oración, como él la tituló, que le dirigía Miquel Martí Pol en 1982».
Inscribe sobre la piel de todos nosotros
esa inquietud que nos mantiene siempre alerta
contra la mala y la desesperanza;
y finalmente enséñanos que el respeto
hacia todos, junto con el rigor máximo
para uno mismo, es el único camino ancho
por lo que podemos transitar todos a la vez.
(Casi Oración a Nuestra Señora de la Misericordia, 1982)