
Un total de 300 personas, provenientes de diferentes lugares de la diócesis, participaron, este pasado sábado, 12 de octubre, en el 58 Encuentro de la Hospitalidad de la Virgen de Lourdes, que este año tuvo lugar en Arenys de Munt. El programa comenzó en la Gruta de Lourdes de Soberanos, con un baile de sardanas, y siguió con la celebración de la misa, presidida por el obispo de Girona, fray Octavi Vilà, y concelebrada por Mn. Joan Baburés, consiliario de la Hospitalidad; el párroco de la parroquia, Mn. Joan Soler, y los presbíteros Mn. Salvador Gras, Mn. Josep Casellas y Mn. Jean Baptiste Kamman. Asistidos por el diácono Mn. Joan Robé y el seminarista Marçal Privat.
«María es salud para los enfermos», afirmó el obispo durante la homilía, y siguió: «Ésta es una de las invocaciones con la que la veneremos en la oración mariana por excelencia: el santo rosario». Y recordó que si bien «Cristo es siempre el centro, muy cerca de Él está María. Ella es quien le llevó a su vientre, quien le crió, quien acogió su palabra, quien le siguió y quien finalmente le acogió con los brazos abiertos y el corazón traspasado por el dolor a los pies de la cruz».
Seguidamente, añadió que «María es también una mujer confiada, modelo de confianza en la voluntad de Dios» y que «se convierte en un referente para todos nosotros cuando un problema u otro nos preocupa o nos abate». «Este pilar de la fe que es la Virgen María se convierte en puerto de salvación cuando la salud flaquea y la angustia nos invade», remarcó también.
Una vez terminada la misa, el programa del encuentro continuó con una comida de hermandad en el pabellón municipal.