
Medio centenar de personas participaron, este pasado sábado por la mañana, en la misa de difuntos en el cementerio viejo de Girona organizada por las parroquias de Vila-roja y Palol d'Onyar. Fue presidida por el obispo de Girona, fray Octavi Vilà, quien recalcó que la muerte es empezar una vida nueva «sin sufrimiento, sin angustias, sin temores» (LEER HOMILIA COMPLETA) . Y añadió: «Es ésta la vida que vino a traernos a Jesucristo que murió como cualquiera de nosotros, pero venció la muerte y resucitó». «La resurrección marca el inicio de una nueva vida para todos nosotros porque por nuestra fe creemos que existe otra vida más allá», remarcó.
Fray Octavio animó a orar por nuestros difuntos como forma de comunión con ellos, con esperanza, y «para que lleguen a la gloria que Dios nos ofrece». Tuvo también un recuerdo para las víctimas de la DANA.
El acto fue concelebrado por el párroco de las dos parroquias y arcipreste de Girona y Salt, Mn. Jordi Reixach, asistido por el diácono Miquel Figarola.