Conferencia del P. Josep-Enric Parellada sobre el Jubileo en el encuentro formativo de la Vida Consagrada

El domingo 17 de noviembre tuvo lugar, en la iglesia de Santa Susanna del Mercadal de Gerona, el encuentro formativo de la delegación para la Vida Consagrada del Obispado de Gerona. En esta ocasión se contó con una conferencia del P. Josep-Enric Parellada, monje de Montserrat, bajo el título «Un tiempo de agradecimiento para afianzar la esperanza», sobre la bula de convocatoria del Jubileo 2025. La delegada por la Vida Consagrada, Pilar Pina, destacó, al inicio del encuentro2 renacimiento». Al mismo tiempo, recordó que el pontífice propone "alimentar y fomentar la virtud de la esperanza".

En su intervención, el P. Josep-Enric realizó una exposición sobre el significado del año Jubilar, como tiempo fuerte y privilegiado de presencia del Señor, que nos ayuda a revisar, purificar y potenciar la vida de la Iglesia diocesana, con el objetivo de renovación o conversión, tiempo para amar y contemplar a nuestra Iglesia. También puso de relieve el significado y el valor de los signos del Jubileo y cómo traducirlos en la vida: peregrinando, o sea caminando con Cristo, y buscarlo. Y salir a encontrar a los hermanos con los que compartimos la fe y la esperanza. Propuso el modelo de los discípulos de Emaús.

Por otra parte, remarcó que durante el Año Santo «hay que procurar que el Pueblo de Dios pueda acoger, con plena participación, el anuncio de esperanza como gracia de Dios» y puso de relieve que «la Vida Consagrada es fuente de esperanza». «¿Dónde está la esperanza?» se preguntó, finalmente. «En el corazón de Dios. En el corazón de los hombres y mujeres», señaló.

El encuentro finalizó con la oración del Jubileo 2025:

Padre que está en el cielo,
que la fe que nos habéis dado
en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano,
y la llamada a la caridad
que habéis infundido en nuestros corazones
a través del Espíritu Santo,
desvelen en nosotros
la bienaventurada esperanza
en la venida de su Reino.

Que su gracia nos transforme
en sembradores de las semillas del Evangelio
que fermenten la humanidad y la creación,
en espera de confianza
el cielo nuevo y la tierra nueva
cuando, vencidas las fuerzas del mal,
se manifieste para siempre su gloria.

Que la gracia del Jubileo
reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza,
el anhelo por los bienes eternos
y derrame sobre todo el mundo
la alegría y la paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito para siempre,
sea dada la alabanza y la gloria
por los siglos de los siglos.

Amén.

Fotografías: Àngel Almazan