
«Al dedicar un templo al culto, un edificio deja de ser un lugar cualquiera para transformarse en un espacio sacro, que tiene como finalidad alojar a aquellos que dan gloria a Dios ya acoger su presencia real a través misterio eucarístico», señaló el obispo de Gerona, Cristo Rey. Concelebró el párroco, Mn. Jordi Reixach, asistidos por el diácono Santiago Torregrosa. La nave de la iglesia se llenó con una nutrida presencia de feligreses, entre los que figuraban varios testigos de las celebraciones del año de la inauguración, en 1954.
En la parte final de la homilía, el obispo señaló: «Este templo que nos acoge, del que recordamos su dedicación, es tan sólo una imagen, una prefiguración del templo que es la Iglesia, es decir el templo celestial, el Reino donde Cristo se sienta a la derecha del Padre».
Tras la homilía se procedió a la bendición de las cruces de consagración que figuran en el interior de la nave. La hizo el obispo con el diácono, mientras un feligrés informaba de los diversos servicios parroquiales que ofrece la parroquia: Cáritas, catequesis, esparcimiento y grupos de proyectos, casa de colonias, acogida de parejas, grupos de reflexión y oración, grupos de cantores y de música, servicio de limpieza y ornamentación de la iglesia y club.
Al finalizar, fray Octavio impartió la bendición y, a la salida, los asistentes recibieron una postal con una imagen del templo parroquial del año 1954.