Misa en memoria del obispo Carlos en el primer aniversario de su muerte

"El obispo Carlos vivió su labor de pastor con generosidad, con espíritu de colegialidad y con esperanza", ha recordado fray Octavi Vilà en su homilía de la misa en el primer aniversario de la muerte de Mons. Carlos Soler, que ha oficiado en la capilla conventual de la Catedral hoy lunes, 9 de diciembre. Fray Octavio ha glosado su figura y, especialmente su labor evangelizadora: «Evangelizar es ser mensajeros de esperanza, educar en la esperanza de que después de esta vida hay una plena y eterna en la proximidad de Dios». Y ha añadido que vivió su ministerio "con humildad, tal y como hay que vivir la fe, sabedor de que todos tenemos nuestras flaquezas tanto físicas como espirituales que nos limitan y encarcelan".

«Conoció al Señor e dio a conocer a los demás su nombre y su Reino; ahora pedimos pues al Señor que lo pueda conocer más aún, que pueda conocerlo en plenitud compartiendo su amor allí donde la muerte ha sido engullida para siempre, que pueda disfrutarlo contemplándolo cara a cara», ha manifestado también. «Con este bagaje -ha seguido fray Octavio-, nuestro hermano, el obispo Carlos, fue llamado a la casa del Padre hace apenas un año. ¿Pero qué mejor bagaje que agradecer al Señor lo que nos ha dado y reconocerse pobre e inútil sirviente en el servicio encomendado?». Finalmente ha deseado que el Señor «haya recompensado abundantemente al obispo Carlos la fidelidad con lo que le sirvió».

Al finalizar la Eucaristía, celebrantes y fieles se desplazaron hasta frente a la sepultura del obispo Carlos, ubicada en la nave de la catedral, frente al altar mayor, donde se habían colocado unos candelabros y un ramo de flores, para participar en una oración absolutoria.