
«Al día siguiente de Navidad la Iglesia nos propone recordar al primer mártir, san Esteban. Él fue uno de los elegidos por ser de los siete primeros diáconos, lo fue porque era un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo». Así empezó el obispo de Girona, fray Octavi Vilà, la homilía de la misa que presidió, ayer jueves, 26 de diciembre, en la basílica parroquial de San Esteban de Olot, que celebraba la fiesta de su santo patrón.
«La semilla de los mártires fecunda a la Iglesia, ayer y hoy, porque el martirio no es solo del pasado sino también del presente» recordó también, y añadió: «Tenerlo, pues, por patrón de esta parroquia, y ahora basílica, nos fortalece y robustece nuestra fe». Por otra parte, manifestó que «Esteve era un hombre de Dios y, como tal, gozaba del favor del Señor. Gozar del favor del Señor no quiere decir que todo, y siempre, irá bien a quien le sigue; la fe no está exenta de dificultades y obstáculos, también hoy para nosotros mismos. Pero Dios nos da la fortaleza necesaria para vivir esa fe con generosidad».