Celebración diocesana de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada

«Los consagrados estamos en camino con todo el pueblo de Dios», señaló el obispo de Girona, fray Octavi Vilà, en su homilía de la misa con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. La celebración tuvo lugar ayer domingo, 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor -la Candelera-, en la iglesia de Santa Susanna del Mercadal de Girona. Presidió el obispo y concelebraron nuevos presbíteros vinculados a las comunidades presentes en nuestra diócesis.

La celebración se inició con una procesión de las candelas y los cantos litúrgicos estaban centrados en el Jubileo. Al inicio de la homilía, fray Octavio recordó que en la bula de convocatoria del Año Jubilar el papa Francisco escribe: «La esperanza encuentra en la Virgen su testimonio más alto», una esperanza que «no es llana, ya que esperar no es fácil» y recordó que «somos peregrinos en el camino de la esperanza, vamos sembrando».

Al dirigirse a los consagrados y consagradas, les recordó que «estamos en camino con todo el pueblo de Dios, no recorremos un camino diferente al de los demás, pero vivimos nuestra vocación bautismal de forma especial. Recorremos el camino de la fe, que sólo puede ser un camino de esperanza». En la parte final de su intervención dijo que en la vocación a la vida consagrada «hallamos espadas de dolor, no decirlo sería engañarnos a nosotros mismos», y cerró la homilía con estas palabras: «La esperanza nos hace capaces de vivir en Cristo que nos exhorta a andar ya sembrar esperanza».

Los consagrados y consagradas renovaron sus compromisos vocacionales y, seguidamente, se situaron, a los pies del altar, ramos de olivo como símbolo de la esperanza de paz. Al finalizar la celebración se repartieron entre los presentes fieles.

Fotografías: Àngel Almazan