
Este pasado domingo, 9 de marzo, el obispo visitó el pueblo alto-ampurdanés de Vila-sacra. A su llegada, visitó la exposición «Cátaros y trovadores. Catalunya y Occitania, renacimiento y futuro», ubicada en el edificio del ayuntamiento y, seguidamente, realizó una visita guiada a la iglesia, donde pudo conocer la historia del templo y del pueblo, con el antiguo castillo y abadía. Hacia media mañana, una representación de los Armats de Sant Esteve de Vila-sacra le entregaron su poema fundacional. Ya a las 12 del mediodía tuvo lugar la misa del primer domingo de Cuaresma, presidida por el obispo y concelebrada por el párroco de la parroquia, Mn. Manel Masvidal. Se contó con el acompañamiento musical de la coral Veus Blanques del pueblo.
«Con la palabra de Dios en los labios y en el corazón, vencer las tentaciones es posible», afirmó fray Octavio en la homilía, y recordar que «este tiempo de Cuaresma es un tiempo de conversión, un tiempo para deshacernos de las tentaciones e ir a lo que es realmente importante, lo que es lo único que nos hace: la palabra de Dios, la palabra de Dios. Y añadió: «Lo que nos pide por encima de todo es amar, amarle a Él y amar a los hermanos; un amor y otro son inseparables, inseparables».
«No vale la pena adorar a hombres o riquezas; todo esto es huidizo y marcha igual que ha venido. Lo único que vale la pena es adorar a Dios, que nos ama y quiere que le amemos», manifestó también. Asimismo, señaló que en el mensaje de Cuaresma, el papa Francisco nos propone «caminar juntos y hacerlo con esperanza» y que «caminar juntos sólo es posible en un clima de confianza y esa confianza no puede nacer de ninguna otra fuente que del amor».
Antes de la bendición final, el obispo hizo entrega del nombramiento como laicos con la misión de dirigir la celebración de la palabra en ausencia de presbítero a los hermanos Jaume y Teresa Amorós ante la comunidad a la que sirven.