Apertura del Año Jubilar en el santuario de la Virgen del Monte

Este pasado domingo, 16 de marzo, se inauguró el Año Jubilar en el santuario de la Virgen del Monte, coincidiendo con la fiesta de San Bernardo Menthon, patrón de los excursionistas, y con la romería de las parroquias de Banyoles. El programa comenzó con una peregrinación jubilar desde el Pedró hasta la iglesia, presidida por el obispo, fray Octavi Vilà, junto con Mn. Jordi Font, cura del templo, y el diácono Mn. Xavier Vicens. Una vez allí se hizo el encendido de la lámpara del Año Jubilar y, a continuación, comenzó la misa, que contó con el acompañamiento musical de la Coral Fontcoberta Canta.

«En este segundo domingo de Cuaresma, nada más empezar el camino hacia la Pascua, la liturgia nos muestra cómo será la glorificación de Jesús», afirmó el obispo en la homilía, y añadió: «La presencia de Moisés y de Elías con Jesús en la cima de la montaña nos quiere mostrar que en Cristo se cumplen las escrituras, que es El. En este sentido, recordó que «Moisés y Elías con Abraham son nuestros padres en la fe, quienes recibieron de Dios el encargo de guiar a su pueblo y de hacer presente a Dios en medio de ellos. Ahora en la montaña, un lugar privilegiado por el contacto con Dios y donde Jesús tan a menudo ruega al Padre, Dios se hace presente de nuevo e invita a quienes le escuchan a seguir a Cristo». «En el monte Dios habla al hombre y el hombre ruega a Dios», remarcó. «El mensaje que nos transmite la escena que hoy escuchamos es que detrás de las apariencias de lo que aquí y ahora vemos, de esos valores terrenales de los que nos habla san Pablo, hay una realidad superior que ahora no entendemos, ni cómo es, ni cómo vamos a participar, pero que abarca y conforma la totalidad de la vida», manifestó.

Durante la misa se hizo la tradicional presentación del cirio de la romería -en esta ocasión de Banyoles- y se cerró con una nueva procesión hasta el Pedró, con la imagen de Bernat. Allí el obispo bendijo los utensilios de montaña y se cantaron los gozos. El programa finalizó con una comida de hermandad en el restaurante del santuario.