
El santuario de la Virgen de Farners, en Santa Coloma de Farners, vivió, ayer martes, 22 de abril, la tradicional Fiesta del Corazón, con un programa que empezó por las mañanas, a las 7, con una descargada de cohetes, que dio paso a un pasacalle y una subida hasta el santuario. Una vez allí se celebró una misa en recuerdo de los coristas difuntos, que fue presidida por el obispo de Girona, fray Octavi Vilà, y concelebrada por Mn. Josep Casellas, párroco de la parroquia.
En la homilía, el obispo recordó que la última homilía del papa Francisco, leída apenas unas horas antes de su muerte: «Nos instaba de nuevo a correr hacia Cristo cuando sentimos que hemos perdido al Señor, cuando creemos que no somos capaces de encontrarlo porque nos hemos alejado, porque no lo buscamos donde hace falta. Y añadió: «Hay alguien, sin embargo, que siempre acabó encontrándole, como en el templo, como en la cruz. Ella es María, la madre, aquella de la que no nos hablan los relatos de que se le apareciera Cristo resucitado porque quizás no hacía falta. Él y su madre era una unidad en la fe, y María, la primera discípula, estaba cierta de que Cristo no permanecería en el sepulcro y que vencería la muerte, y así nos ofrecería a todos la posibilidad de una nueva vida, la vida eterna».
Los actos siguieron con un almuerzo popular, juegos de cucaña, una cantada por parte del Cor de Farners, sardanas y una comida de hermandad, con animación musical.