Ayer domingo, 14 de septiembre, la Catedral de Girona acogió la celebración de la Exaltación de la Santa Creu, presidida por el obispo. «La cruz representa a Cristo, nos recuerda que nuestra vida debe centrarse en Él», recordó fray Octavio al inicio de su homilía, y añadió: «La nuestra no es una religión del libro. Cierto que la Escritura nos acerca a Dios y recoge la maestría de Jesús, pero el centro de nuestra fe tiene nombres y apellidos: Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios hecho hombre por obra del Espíritu Santo en las entrañas virginales de María».
También señaló que «del árbol de la cruz nos viene la vida; por eso, la cruz nos identifica como cristianos», y que éste es el «símbolo omnipresente en nuestra vida». Y remarcó que «hacer la señal de la cruz es mucho más que un gesto ritual: es recordar la centralidad de Cristo y de su muerte en cruz en nuestra vida».
«No podemos olvidarnos de la cruz, porque la cruz nos representa más que ningún otro símbolo», afirmó el obispo, e invitó a «mirarla y contemplarla en los templos o en casa, y también allí donde la Iglesia está presente con su acción social», ya que esto «nos reconoce y nos une como cristianos».
Una vez finalizada la misa se hizo la bendición de término en la plaza de los Apóstoles.
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