Misa por los difuntos de la Cofradía de Nuestra Señora de Montserrat

La basílica de Santa María de Montserrat acogió, este pasado sábado, 20 de septiembre, una misa en sufragio de los difuntos de la Cofradía de Nuestra Señora de Montserrat. La celebración fue presidida por el obispo de Girona y reunió cofrades y fieles de todas las diócesis catalanas, unos sesenta provenientes de Girona.

En su homilía, el obispo reflexionó sobre el sentido cristiano de la muerte: « La muerte es precisamente eso, un punto de llegada y nunca es un punto y final», dijo, subrayando que esta esperanza sólo se puede vivir «con los ojos de la fe». Fray Octavio recordó que, a pesar de los sufrimientos del mundo presente, los cristianos confían en la promesa de la vida eterna: «Dolores, angustias y inquietudes forman estos sufrimientos que nos dice san Pablo que no son nada comparados con la felicidad de la gloria que tarde o temprano debe revelarse en nosotros». En este sentido, remarcó la importancia del velatorio: «Debemos vivirlo con las luces encendidas y el cuerpo ceñido, velando para que en cuanto llame al Señor a nuestra puerta estemos preparados para recibirlo».

El obispo también destacó el sentido de la oración por los difuntos: «El verdadero sentido de la oración por nuestros difuntos es pedir al Señor que los haya encontrado listo por el encuentro, bien dispuestos, y que a la hora de hacer balance los haya encontrado justos». Y añadió que esta confianza tiene un fundamento en María, Madre de Dios: «Ella sabe muy bien qué es llorar la muerte de un ser querido y por eso entiende muy bien nuestro dolor y nuestra añoranza».