El Casal Bisbe Cartañà de Girona acogió ayer por la tarde la conferencia "La alegría de educar", a cargo del filósofo y escritor Francesc Torralba. El acto, organizado por los grupos de docentes cristianos de la Diócesis de Girona, contó con más de un centenar de asistentes, entre maestros y profesores de varios centros de Girona.
A lo largo de su ponencia, Torralba subrayó la importancia de plantearse la finalidad para la que se educa y no centrarse exclusivamente en el método. En este sentido, destacó que la finalidad primordial a la hora de educar es "propiciar un cambio o transformación sustancial en las personas". También afirmó que no se trata tanto de que los niños se adapten al mundo ya sus necesidades como de crear a personas con capacidades y talentos para cambiar las estructuras: "la finalidad de la educación es crear ciudadanos actores y no meramente especatores".
Durante el diálogo con los asistentes, Torralba advirtió de los riesgos que conllevan dos experiencias contrapuestas en el proceso educativo y de socialización de los jóvenes: la dificultad de una relación profunda con los padres (lo que él llamó el "síndrome de la casa vacía"), y por otra parte el paternalismo de querer ahorrar a los hijos cualquier dificultad y contrario.
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