
La parroquia de Santa María de Blanes acogió, el pasado viernes 26 de julio, la misa conmemorativa de los 700 años de su fundación. El obispo Francisco presidió la Eucaristía, que fue concelebrada por el actual rector, Mn. Enric Roura, junto con algunos de sus predecesores y varios curas nacidos o vinculados a la población.
«La primera finalidad de este templo es el culto, la celebración de los sacramentos y la alabanza, por eso esta iglesia tiene vida y es bella», señaló el obispo en su homilía, al tiempo que destacó «la armonía de su construcción y la belleza de sus formas». «Esta iglesia es una invitación al seguimiento de Jesús. Un signo de lo que es la Iglesia, a todos los habitantes de Blanes por acoger su vida, sus anhelos, dolores... para convertirlos en oración, y ofreciendo a todo el mundo el gran tesoro de Cristo y su gracia», manifestó. En el transcurso de la homilía también hizo referencia a santa Ana y san Joaquín, padres de la madre de Jesús, María, en el día en que la Iglesia les recuerda.
Fotografía: Ayuntamiento de Blanes