La capilla del convento de las Carmelitas Descalzas de Girona acogió, ayer martes, 1 de octubre, la misa de inicio del Mes Misionero Extraordinario. El obispo Francisco presidió la celebración, que fue concelebrada por Mn.Ricard Sarrà, delegado episcopal de Misiones, y el P. Josep Frigola, que ha sido misionero muchos años en tierras africanas.
En su homilía, el obispo hizo memoria de santa Teresa del Niño Jesús, en el día de su celebración y como patrona de las misiones. Señaló que puede resultar sorprendente que una religiosa de clausura -que vivió pocos años- tenga ese patronaje, pero que la oración y la dedicación misional de la santa han guiado a generaciones de misioneros y misioneras en todo el mundo.
También señaló la doble vertiente misional de nuestro tiempo: en tierras que justo comienzan a recibir el anuncio del Evangelio, y entre nosotros, en la vieja Europa que parece olvidar sus raíces cristianas. Igualmente hizo memoria de los misioneros y misioneras diocesanos que han respondido generosamente a llamamiento para anunciar la Buena Nueva de Jesús en todo el mundo.
En el ofertorio se presentaron tres símbolos misionales; un zurrón, una hucha y una recopilación de publicaciones misionales.
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